El informe de impacto de la Alianza Famvin con las personas sin hogar (FHA) llega en un momento de aprensión e incerteza global. Sin embargo, una cosa es cierta: el servicio vicenciano a las personas que experimentan sinhogarismo en todo el mundo nunca ha sido tan necesario como ahora. La pandemia de coronavirus ha demostrado claramente la importancia y la urgencia de que las personas tengan un lugar al que llamar hogar. Un lugar donde puedan sentirse a salvo de la enfermedad, pero también donde reconstruir sus vidas. La FHA fue establecida en 2017 para celebrar el 400 aniversario del Carisma Vicenciano. Su principal objetivo es apoyar programas vicencianos establecidos o emergentes en todo el mundo, e incidir por un cambio sistémico global para acabar con el sinhogarismo en sus varias formas. Para ello, la FHA se ha esforzado en mejorar la colaboración e intercambio entre las ramas de la Familia Vicenciana. En 2018, la FHA organizó una primera conferencia sobre sinhogarismo, que dio lugar a la Campaña “13 Casas”. El objetivo era cambiar las vidas de 10 000 personas sin hogar en cinco años. Solo dos años después, la Campaña ya ha alcanzado la mitad de su objetivo a través de 54 proyectos colaborativos en 40 países. En relación con el cambio sistémico, la FHA ha trabajado para sumar los esfuerzos de los integrantes de la Familia Vicenciana en las Naciones Unidas. Juntos apoyaron una campaña, encabezada por el Instituto Global de Sinhogarismo (IGH, por sus siglas en inglés), para elevar el perfil del sinhogarismo como un problema global. Como resultado directo de esta campaña, el sinhogarismo se convirtió en el tema central de la Comisión de Desarrollo Social de la ONU en febrero de 2020. Esta es la primera vez en sus 75 años de historia que la ONU se ha centrado en este asunto y llevó a una resolución, aprobada por la Asamblea General de la ONU, allanando el camino a que la reducción del sinhogarismo sea una meta medible en los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Como parte de esta incidencia, miembros de la FHA también contribuyeron al libro Sinhogarismo y Ética Teológica Católica, en colaboración con el Vaticano. En respuesta a los eventos recientes, la FHA ha demostrado la resiliencia y nivel de alerta de los vicencianos, que se pusieron en acción cuándo la pandemia comenzó a extenderse por diferentes países y tras las terribles explosiones que dejaron a más de 300 000 personas sin hogar en Beirut. Dos campañas de recaudación de fondos que ayudaron a las intervenciones de emergencia de varios grupos vicencianos en 15 países. En resumen, durante estos tres años, la FHA ha sido testigo del dinamismo de los vicencianos comprometidos con acabar con el sinhogarismo a todos los niveles apoyados por nuestros 14 embajadores, procedentes de distintas partes de la Familia Vicenciana y del mundo. Desde proyectos locales para niños de la calle en pequeñas aldeas, a programas de vivienda en grandes ciudades, a coaliciones para la incidencia en la ONU. Esperamos que la movilización de la Familia Vicenciana continúe en los próximos años. Una segunda conferencia sobre refugiados y desplazados internos, que debería haberse celebrado en 2020, se ha aplazado al otoño de 2021 por la actual crisis sanitaria. Una tercera conferencia, sobre habitantes de barrios marginales, también está programa para el futuro próximo. La FHA seguirá desarrollando estas y otras oportunidades concretas para que los vicencianos puedan servir juntos a las personas sin hogar. Agradecemos a todas las ramas de la Familia Vicenciana que han tomado parte activa en la FHA, al Comité Ejecutivo de la Familia Vicenciana, los miembros de la comisión de la FHA, nuestros embajadores y donantes que han hecho posibles los tres últimos años, manteniendo vivo el Carisma Vicenciano y llevando la esperanza a los más marginalizados.
Mark McGreevy
Coordinador de la FHA