El día sábado 21 de febrero a las 9 am, se dieron cita en la catedral de asunción. familiares, amigos, y representantes de la familia vicentina. Para acompañar a quien fuera seminarista, luego diacono y a partir de hoy sacerdote, nuestro hermano Diego Martínez.

La ceremonia fue presenciada por al menos 100 personas, que eran las que por protocolo podían asistir. A su vez fue transmitida a través de redes sociales.

De principio a fin, estuvo la celebración cargada de emoción. Es que había llegado el día, tan esperado por Diego, y por todos lo que tuvieron la dicha de conocerlo y compartir con él, este proceso. Que confluye hoy, por la gracia de Dios en su ordenación.

Fue monseñor Edmundo Valenzuela, arzobispo de la Santísima Asunción, quien presidio la eucaristía y quien por medio de la oración consecratoria concedió a nuestro hermano el orden del presbiterado. Pasando a ser así, padre Diego Martínez, sacerdote de la congregación de la misión.

En sus palabras de agradecimiento nuestro hermano no pudo contener la emoción, al momento de reconocerse sacerdote misionero vicentino. Expresando así su enorme agradecimiento a Dios por haberle permitido ser parte de la pequeña compañía.

El padre Diego compartió con todos los presentes su deseo de ser instrumento del padre misericordioso, de llevar la misericordia de nuestro señor Jesucristo a todos. Esa es su motivación más grande.

Terminada la misa nos dimos cita en el seminario de los misioneros vicentinos, donde pudimos compartir un almuerzo con el padre Diego. El ambiente alegre, el día soleado y toda una gran familia unida, fueron el reflejo de una jornada memorable. Sin olvidar a los que no lograron asistir, pero acompañaron con incansable oración desde donde pudieron. Nos alegramos todos, el cielo y la tierra. En especial nuestro fundador San Vicente de paúl, por este nuevo sacerdote que recogerá el carisma vicentino y continuará con la misión de cristo evangelizador de los pobres.

 

                                                                                                                           Seminarista Agustín Barattini.