Roma, 7 de marzo de 2022
A todos los misioneros de la Congregación de la Misión
“UCRANÍA ESTÁ LLORANDO DE NUEVO”
Queridos misioneros,
¡La gracia y la paz de Jesús esté siempre con nosotros!
Un sacerdote ortodoxo ucraniano, Alexi Pelipenko, que más tarde se convirtió al catolicismo, escribió un libro después de la Segunda Guerra Mundial titulado, Ucrania está llorando, en el que describió las masacres de personas que Stalin cometió, después de 1939, en el territorio de lo que hoy es Ucrania.
Esta terrible tragedia humana fue precedida por un holocausto, también bajo el régimen de Stalin, una hambruna provocada artificialmente entre la primera y la segunda guerra mundial, cuando unos cuantos millones de personas murieron en ese mismo territorio. Hoy “¡Ucrania está llorando de nuevo!”.
Con esta carta me gustaría compartir con todos los miembros de nuestra pequeña Compañía la información que está llegando de nuestros misioneros de la Viceprovincia de los Santos Cirilo y Metodio, de la que Ucrania forma parte. En el sur, este y centro de Ucrania, donde tienen lugar los bombardeos y los combates más violentos, tenemos tres comunidades: Járkov, Odesa y Kiev.
La ciudad de Járkov, muy cerca de la frontera de Rusia, ha sido bombardeada intensamente y destruida, y cuenta con más de 2.000 víctimas mortales.
Miles y miles de personas han abandonado la ciudad, incluidos nuestros tres misioneros que servían esta misión. Los cohermanos están a salvo y abandonaron los edificios de la misión.
Odesa, al sur, sido bombardeada, pero actualmente los bombardeos y los combates más fuertes tienen lugar más hacia las ciudades de la costa sureste. Hasta ahora, los tres cohermanos de esa misión todavía se encuentran allí y están bien.
La capital de Ucrania, Kiev, también está siendo bombardeada y en sus alrededores tienen lugar fuertes combates. Cuatro misioneros de la comunidad de Kiev huyeron hacia la zona occidental del país. Un cohermano permanece en la misión de Kiev. También todos están bien. También otros muchos miembros de la Familia Vicenciana del sureste de Ucrania huyeron, yendo en su mayoría hacia el oeste del país, que por el momento es seguro y no experimenta combates o bombardeos. Algunos permanecen en su territorio.
El Visitador de la Viceprovincia, el P. Leonid Kuklyshyn, está en contacto diario con todos los cohermanos de la Viceprovincia, y también directa o indirectamente con los demás miembros de la Familia Vicenciana que, hasta el momento, están bien. Los misioneros y también otros miembros de la Familia Vicenciana en el oeste de Ucrania, están organizando ayuda humanitaria para un gran número de refugiados que están desplazándose desde el sureste del país hacia el oeste. Muchos cruzan la frontera de Polonia, Eslovaquia, Hungría y Rumanía.
La Familia Vicenciana de Ucrania está realizando nuevos pasos para mejorar la ayuda humanitaria, para coordinarla mejor y para distribuirla en las numerosas zonas del país que necesitan ayuda desesperadamente. Los cohermanos y la Familia Vicenciana de los países que tienen frontera con Ucrania, esto es, Eslovaquia, Polonia e Italia (Hungría junto con Rumanía son una región de la Provincia de Italia), ya están en contacto directo con los cohermanos y otros miembros de la Familia Vicenciana de allí, organizando entrega de ayuda humanitaria en sus fronteras con Ucrania.
Además de estas provincias, otras provincias están ofreciéndose para ayudar de cualquier modo que pueda necesitarse. En los próximos días, se enviará una carta en nombre de la Familia Vicenciana Internacional sobre cómo podemos ensanchar la asistencia y también cómo mejorar la coordinación de nuestra ayuda humanitaria.
Una necesidad inmediata que la Familia Vicenciana ve en el oeste de Ucrania consiste en proporcionar un medio de transporte para distribuir la ayuda humanitaria dentro de Ucrania, una vez que llega a la frontera desde diversos países. En la Curia General, hemos abierto una cuenta denominada “Ayuda para Ucrania”.
Cualquier provincia o región que desee ayudar y apoyar a nuestros cohermanos y a la más numerosa Familia Vicenciana en Ucrania, que están tratando de ser tan “creativos” como sea posible para ayudar a la sufriente nación ucraniana, puede enviar su donativo directamente a esta cuenta de la Curia General.
Como probablemente habéis leído u oído, ya hay más de un millón y medio de refugiados ucranianos en diferentes países de Europa, y también hay personas desplazadas en el interior de país y su número sigue creciendo. La Familia Vicenciana en la parte occidental de Ucrania, Sniatyn (el Santuario y lugar de enterramiento de la Beata Marta Wiecka, HC), Storozhynets, y Perechin está recibiendo y ayudando a muchos refugiados.
Hablando con el P. Leonid Kuklyshyn, sería estupendo que nuestras provincias de Europa también estuvieran abiertas a recibir refugiados de la Familia Vicenciana de Ucrania que abandonarán el país o, en general, a otros refugiados ucranianos. El P. Leonid ahora está colaborando en la línea telefónica especial de la Archidiócesis de Leópolis, donde muchos refugiados llaman solicitando ayuda. Ciertamente, la posibilidad de recibir refugiados ucranianos depende de la legislación de cada país.
Invito y animo a nuestras provincias de Europa a pensar en esta posibilidad, para ver si algunos de nuestros edificios pudieran utilizarse para recibir refugiados. Pido a las provincias que puedan ayudar que envíen la información directamente a la Secretaría General, indicando también el número aproximado de personas que puedan recibir, según la disponibilidad de los edificios. Enviaremos la información al P. Leonid, quien después se pondrá en contacto directamente con cada provincia.
Si cualquier provincia tiene otras sugerencias u otros modos de ayudar o acompañar a los refugiados ucranianos en su país, por favor, indíquenoslo. Queridos misioneros, concluyendo esta carta, quisiera agradeceros a todos vosotros, desde lo profundo de mi corazón, lo que ya han hecho o están haciendo por la afligida nación ucraniana.
Hay una intensa cadena de oración en la Compañía, en toda la Familia Vicenciana y en el mundo por la paz en Ucrania y en el mundo. Cuando “Ucrania está llorando de nuevo”, enjuguemos juntos tantas lágrimas como podamos, haciéndonos eco de las palabras de Jesús, “lo que hicisteis a mis hermanos y hermanas más pequeños, a Mí me lo hicisteis”.
Tu hermano en San Vicente,
Tomaž Mavrič,
CM Superior General