Que la gracia del Señor Jesús, que fue dada a San Vicente de Paúl para evangelizar a los pobres, os acompañe a todos.

Con este artículo queremos compartir con vosotros cómo hemos vivido el mes vicentino (septiembre) que cerramos con la solemnidad de San Vicente de Paúl.

Tanto en Ruanda como en Burundi, el carisma vicentino está vivo gracias a Dios. Las ramas de la familia vicentina son realmente dinámicas. Para hacer bien nuestra misión como FAMVIN, la BUCOFAMVIN nos ha dividido en zonas para que podamos encontrarnos mejor: Zona Ruhengeri (Nemba y Ruhengeri), Zona Kicukiro (Kicukiro y Nyamirambo), Zona Mukungu (Mukungu y Musango), Zona Rusumo (Mahama), Zona Kabgayi, Zona Butare.

Qué alegría estar en este carisma tan actual y necesario hoy en día. Nos complace presentarles en pocas palabras lo que marcó el mes vicentino en Ruanda.

Este mes ha sido para nosotros un tiempo de gracia porque hemos rezado y hemos hecho obras de caridad. En algunos lugares los obispos presidieron la misa solemne. Compartimos con ustedes que tanto la preparación de la fiesta de San Vicente de Paúl como el día mismo de la fiesta estuvieron marcados por temas que nos ayudaron a reflexionar junto a nuestros pobres sobre cómo su vida puede ayudarnos, estimularnos en el desarrollo integral en nuestras familias, en la Iglesia, en nuestra sociedad especialmente en nuestro país.

Estos momentos fueron una oportunidad para visitar a las familias pobres y compartir con ellas sus alegrías y penas. Para algunos, fue una oportunidad de visitar a los enfermos, los centros para discapacitados. Estas visitas iban siempre seguidas de un ágape fraternal. Cuando los pobres son bien atendidos, los hijos de San Vicente de Paúl se santifican.

Damos gracias al Señor, que inspiró al señor Vicente de Paúl para que fuera su instrumento en medio de su pueblo, especialmente de los más pobres. San Vicente de Paúl sigue atrayendo a muchos laicos y personas consagradas. Y saber quién es Vicente para nosotros, nos ayuda a volver a nuestras fuentes para vivir de manera especial una característica particular del carisma. De este modo, también nos inspira a ser hombres y mujeres activos para tratar de encontrar respuestas a las necesidades de los pobres de hoy, a pesar de las dificultades sociales, económicas e incluso religiosas.

La experiencia de San Vicente de Paúl es nuestra experiencia. Vivió la guerra, la crisis económica, la desigualdad, la explotación del pueblo, la corrupción, etc., pero también supo encontrar una respuesta a todo. Tenía la capacidad de relacionarse con todo el mundo, desde el rey hasta el último mendigo; esta característica nos asombra, sobre todo en nuestra época, en la que vivimos en una sociedad que divide constantemente a las personas entre sí por su condición social, raza, color político, nación. Sabía cómo unir a la gente a pesar de sus diferencias.

San Vicente no habría sido lo que fue sin la confianza en Dios que tuvo en sí mismo en los peores momentos de crisis de fe. Su fuerza motriz era Dios. Hizo algo porque estaba convencido de que Dios le llevaba a ello, también sabía que si algo no era de Dios, sólo acabaría pronto.
Que Dios nos bendiga con los gestos realizados a nuestros Señores y Maestros con motivo de la fiesta de San Vicente de Paúl.

P. Norvey VILLANUEVA VALENCIA, CM. Responsable de Comunicación

Padre Theoneste ZIGIRINSHUTI, CM. Asistente regional y responsable de FAMVIN-RWANDA

Padre Miguel MARTÍNEZ, Superior Regional CM y Presidente de BUCOFAMVIN