Con motivo del 400 aniversario de la fundación de la Congregación de la Misión, el domingo 12 de mayo, el Padre Tomaž Mavrič Superior General de la Congregación de la Misión visitó a la Familia Vicentina de Catania.
Por tercera vez en pocos años, el Padre Tomaž quiso regalarnos la alegría de su presencia, regalándonos intensos momentos de fraternidad y reflexión.
Su jornada en Catania comenzó con una visita a la «Casa Lumière», la última incorporación a la red de estructuras de acogida y promoción social que forman parte de la Locanda del Samaritano y que están destinadas a mujeres víctimas de situaciones de violencia o penuria.
Tras la Santa Misa, celebrada en la capilla del Instituto Pío IX, un hermoso momento de convivencia reunió a los Misioneros y a las Hijas de la Caridad de Catania, a los huéspedes de las casas de acogida, a los operadores de las estructuras gestionadas por los Vicentinos y a los numerosos voluntarios que ofrecen su preciosa contribución de diferentes formas para ayudar a sus hermanos y hermanas más frágiles. El Arzobispo de Catania, S.E. Luigi Renna, nos hizo el regalo de su presencia, siempre preciosa para nosotros.
Antes de dejar Catania, el Padre Tomaž escuchó los testimonios de numerosas personas, religiosas y laicas, que respondieron a la pregunta planteada por el Padre Mario Sirica: «¿Qué ha significado para ti el encuentro con la Familia Vicenciana y qué efectos has reconocido en tu vida?».
Lo que surgió fue un mosaico intenso, variado y conmovedor, en el que las voces de los religiosos y religiosas que han elegido dedicar su vida a la puesta en práctica del carisma vicenciano, se unieron a las de los voluntarios y a las de quienes fueron testigos del bien recibido de los miembros de la Familia Vicenciana, capaz de construir lazos afectivos que superan el tiempo y la distancia.
Algunos huéspedes de la Posada Samaritana contaron cómo el apoyo y el afecto fraterno de los operadores y voluntarios no sólo les ayudaron en los momentos oscuros de su existencia, sino que despertaron en ellos un deseo, nunca antes experimentado, de hacer algo por los demás, de ser «los próximos».
Al saludar a la asamblea al final del encuentro, el Padre Tomaž quiso dar una indicación valiosa para dar a conocer a la Familia Vicenciana: no dar una lista de las obras, de las estructuras, de las múltiples actividades, sino simplemente decir «venid a ver», subrayando una vez más el valor del testimonio y del ejemplo de vida, más fuertes que cualquier palabra.
Padres Paúles Catania