En esta tercera parte final, el P. Roger Mamani Choque, CM, nos muestra cómo integrar la AI en la misión vicenciana significa discernir su papel y utilidad en la evangelización y el servicio a los más necesitados, sin perder de vista los valores fundamentales de la dignidad humana y la justicia.

Inteligencia Artificial y Carisma Vicentino: reflexiones en un mundo tecnológico – Parte I
Inteligencia Artificial y Carisma Vicentino: reflexiones en un mundo tecnológico – Parte II

Estar abiertos a las llamadas de Dios en los acontecimientos

La misión, por su propia naturaleza, implica movimiento, salir al encuentro del otro, y partir hacia nuevos horizontes. San Vicente de Paúl ilustró este dinamismo a través de sus obras e instituciones, que se desplazaban y adaptaban, para hacer presente el Reino de Dios en contextos específicos, respondiendo con agilidad a las nuevas necesidades evangelizadoras. Su compromiso hacia los pobres no era pasivo, sino activo e incluso sacrificial: “amándolos a costa de nuestros brazos, con el sudor de nuestra frente” (SVP, XI, 733), y aún más, “nuestra es la culpa de que ellos sufran, si no sacrificamos toda nuestra vida por instruirlos” (SVP, XI, 121).

Para quienes seguimos a Jesucristo, al estilo vicentino; los acontecimientos son canales a través de los cuales el Señor revela su voluntad. El Papa San Juan Pablo II utilizó la expresión “nuevos areópagos culturales y fronteras de la historia” para describir las nuevas realidades de la civilización contemporánea donde el Evangelio debe ser sembrado: la familia, la cultura, el mundo del trabajo, la economía, la política, la ciencia, la tecnología, las comunicaciones sociales, y los grandes problemas de la vida como la solidaridad, la paz, la ética profesional, los derechos humanos, la educación y la libertad religiosa (Juan Pablo II, 1987). La misión de la Iglesia, por tanto, se asemeja a un camino que debe ser recorrido, con atención a la diversidad cultural y las particularidades de los pueblos, adaptándose al paso de Dios en cada persona, escuchando las llamadas de las necesidades más urgentes, y fomentando la participación de todos.

La misión no puede limitarse a un solo lugar, actividad, o forma de evangelización o servicio. La fidelidad a la misión exige una disponibilidad personal, una fidelidad renovada y una creatividad constante (Sagastagoitia, 2006). San Vicente de Paúl mostró cómo caminar al compás de la Providencia y generar respuestas nuevas a las situaciones emergentes.

En la era de la inteligencia artificial (IA), este reto de adaptabilidad y creatividad se intensifica. La IA, con sus rápidas innovaciones y aplicaciones en diversos aspectos de la vida, plantea nuevos requerimientos para la misión. Integrar la IA en nuestra misión implica discernir su papel y utilidad en la evangelización y en el servicio a los más necesitados, sin perder de vista los valores fundamentales de la dignidad humana y la justicia.

La IA puede ser una herramienta poderosa para la misión si se utiliza con sabiduría y ética. Por ejemplo, en la pastoral, los sistemas de IA pueden ayudar a analizar necesidades de la comunidad, optimizar la distribución de recursos, y ofrecer formación continua a través de plataformas de e-learning personalizadas. En la atención a los pobres, la IA puede mejorar la gestión de servicios como la salud, proporcionando diagnósticos tempranos y personalizados, y facilitando el acceso a recursos básicos.

Sin embargo, la integración de la IA también requiere un enfoque crítico. Es fundamental evaluar las implicaciones éticas de su uso, asegurándose de que la tecnología se aplique de manera que respete la dignidad humana, promueva la justicia social, y evite la creación de nuevas formas de exclusión o desigualdad. Creo que, San Vicente de Paúl nos insta a formarnos como misioneros no solo en la doctrina y la caridad, sino también en la capacidad de utilizar nuevas herramientas de manera responsable y efectiva para la búsqueda del bien común.

Finalmente, estar abiertos a las llamadas de Dios en los acontecimientos actuales, significa adoptar una postura flexible y proactiva ante las oportunidades y desafíos que la IA y otras tecnologías presentan. Siguiendo el ejemplo de San Vicente, estamos llamados a discernir el paso de Dios en estos avances científicos y tecnológicos, para innovar nuestra respuesta misionera, y a comprometernos con la formación integral que nos permita utilizar estas herramientas para servir mejor a los pobres y para anunciar el Evangelio en los nuevos contextos culturales y tecnológicos de nuestro tiempo.

Conclusión

La inteligencia artificial (IA) ha dejado de ser un concepto futurista para convertirse en una realidad omnipresente que transforma la sociedad actual, compuesta por nativos digitales e inmigrantes digitales. En este contexto, la Iglesia ha demostrado una notable capacidad de adaptación, respondiendo con creatividad y responsabilidad al integrar estas tecnologías en su misión pastoral. La IA no solo se utiliza para mejorar la eficiencia operativa, sino que también se explora como una herramienta que puede ayudar en el acompañamiento espiritual y la reflexión ética.

La misión de la Iglesia, influenciada por el carisma vicentino, ha sabido expandirse y adaptarse a los desafíos tecnológicos de los últimos siglos. San Vicente de Paúl, conocido por su capacidad para innovar en respuesta a las necesidades de su tiempo, inspira hoy a los vicentinos a utilizar la tecnología de manera creativa y responsable. Esta adaptabilidad se refleja en la integración de tecnologías IA en diversos contextos misioneros: parroquias, capillas, santuarios, seminarios, lugares de misión, universidades, colegios, y en el entorno virtual mediante la creación de contenido educativo y evangelizador.

La Iglesia y el carisma vicentino poseen un valioso potencial en la riqueza de sus contenidos: desde las Sagradas Escrituras, los Padres de la Iglesia, y la eclesiología, hasta los escritos de San Vicente de Paúl. La creatividad en el uso de herramientas de IA ofrece nuevas oportunidades para difundir y hacer accesibles estos contenidos, facilitando una evangelización más eficaz y cercana a la realidad contemporánea.

El uso de la IA en la misión vicentina no debe limitarse a la adopción de tecnologías por sí mismas, sino que requiere una formación y reflexión profunda sobre su influencia en la vida cotidiana del pueblo de Dios. Los misioneros vicentinos estamos llamados a recibir una formación integral que abarque tanto el conocimiento teológico y pastoral como la comprensión crítica de las tecnologías emergentes. Esta formación permitirá utilizar la IA de manera que se respete la dignidad humana, se promueva la justicia social, y se fortalezca la misión evangelizadora en un mundo cada vez más digitalizado.

En resumen, la IA representa un desafío y una oportunidad para la Iglesia y el carisma vicentino. Nos impulsa a renovar nuestro compromiso misionero con una visión que integra tradición y modernidad. Así, podemos responder a las necesidades del presente con la misma dedicación y creatividad que caracterizó a San Vicente, haciendo presente el Reino de Dios en cada rincón del mundo físico y digital.

P. Roger Mamani Choque, CM
Provincia Peruana

Referencia bibliográfica

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• (2024). Técnicas de Inteligencia artificial