Descubra cómo los jóvenes de Livorno están redescubriendo el carisma vicentino a través de iniciativas de caridad y solidaridad. Únase a nosotros para explorar el movimiento de la «fraternidad vicenciana de calle», un proyecto que combina la fe y el amor concreto al servicio de los pobres. Descubra el impacto de estas acciones en la zona y cómo los jóvenes están marcando la diferencia en la vida de los más necesitados.

 

El amor es inventivo, incluso en Livorno

La llama del carisma vicenciano sigue encendiendo el mundo, inspirando a nuevos jóvenes colaboradores capaces de sostener la obra de la caridad. El servicio a los pobres no conoce límites de edad. Un ejemplo elocuente es el de los jóvenes de la “Fraternidad de la Calle Vicenciana”, comprometidos en el servicio a los pobres en Livorno, una iniciativa dentro del marco del apostolado vicenciano que existe desde hace dos años y que está ganando cada vez más impulso en la ciudad. Desde el principio, los iniciadores de este movimiento caritativo, el Padre Francesco Gusmeroli CM y la Hermana Raffaella Spiezio FdC, pensaron en integrar una estructura para el servicio de la caridad dentro de la pastoral juvenil, con el objetivo de revitalizar la espiritualidad vicenciana y enseñar a los jóvenes la importancia del amor concreto desde la infancia. Reunieron a un grupo de jóvenes de la parroquia de Santa Isabel Ana Seton, junto con aquellos de la Casa Papa Francisco e incluso aquellos que no frecuentan la parroquia, con edades comprendidas entre los 14 y los 20 años. Se trata de un grupo abierto a todos los jóvenes dedicados a actos filantrópicos.

Estos jóvenes encarnan la pasión de San Vicente de Paúl, quien de niño distribuía un poco de harina a los pobres. Esto es lo que nos cuenta el Hermano Louis Robineau, su secretario: “San Vicente de Paúl dijo de sí mismo que cuando aún era un niño, su difunto padre, que era un campesino del pueblo de Pouy, en la diócesis de Dax, a veces lo enviaba al molino para llevar el grano a moler, y él daba la harina a los pobres. Esto fue un gran presagio de todas las obras de caridad y limosnas que un día proveería a un número incontable de pobres”. Siguiendo los pasos de San Vicente de Paúl, estos jóvenes viven la caridad como amor en acción, principalmente para llevar comida a los sin techo y mostrar solidaridad con los pobres.

Misión y Servicios

Misión

La misión principal y esencial de esta actividad caritativa organizada por los jóvenes es la de reavivar la esperanza en los más necesitados y abandonados, incluso cuando esa esperanza parece perdida. Para llevar a cabo esta misión, el Padre Francesco y la Hermana Raffaella trabajan de todas las maneras posibles para ayudar a los jóvenes a sentir más compasión por los necesitados y a desarrollar un corazón compasivo hacia las miserias y sufrimientos de los demás, para ser testigos creíbles del Evangelio del Amor.

Servicios

Sus actividades caritativas se llevan a cabo principalmente los miércoles por la noche. Todos los miércoles por la noche, después de la oración en la capilla de la parroquia de Santa Isabel Ana Seton, estos jóvenes, bajo la supervisión de los dos fundadores, van a la estación de tren para encontrarse con los pobres y los sin techo, escuchándolos como un signo de compasión por su situación. Luego, un servicio móvil ofrece comida a todos aquellos que no tienen nada que comer. Estos jóvenes se volvieron más creativos en 2024, queriendo mostrar compasión hacia los migrantes. En junio de 2024, fueron a Trieste para presenciar de primera mano la situación de los migrantes que ingresan a través de la ruta de los Balcanes. Esto nos lleva a afirmar que el Espíritu aviva cada vez más la caridad en los corazones de los jóvenes, para que puedan identificar a Cristo en los pobres y ser siempre testigos del amor de Dios en medio de este mundo.

Padre André Ngombo CM