La Congregación de la Misión
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La Congregación de la Misión
“Para mejor socorrer toda clase de necesidades Vicente convocó a cuantos pudo, ricos y pobres humildes y poderosos, se sirvió de todos los medios para inspirarles el sentido del pobre —imagen privilegiada de Cristo— y les impulsó a ayudar a los pobres directa e indirectamente” Constituciones CM. Roma 29 de junio de 1984.
El fin de la Congregación de la Misión es seguir a Cristo evangelizador de los pobres. Este fin se logra cuando sus miembros y comunidades, fieles a San Vicente:
- Procuran con todas sus fuerzas revestirse del espíritu del mismo Cristo (RC I, 3), para adquirir la perfección correspondiente a su vocación (RC XII, 13).
- Se dedican a evangelizar a los pobres, sobre todo a los más abandonados.
- Ayudan en su formación a clérigos y laicos y los llevan a una participación más plena en la evangelización de los pobres.
La Congregación de la Misión, desde los tiempos del Fundador y por inspiración suya, se reconoce llamada por Dios a llevar a cabo la obra de la evangelización de los pobres.
“Recogiendo las inquietudes de los Obispos asiáticos, Juan Pablo II expresó que, si la Iglesia «debe cumplir su destino providencial, la evangelización, como predicación alegre, paciente y progresiva de la muerte y resurrección salvífica de Jesucristo, debe ser vuestra prioridad absoluta». Esto vale para todos”. (EG, 110)
Más aún, todos y cada uno de sus miembros se atreven a decir con Jesús: Hemos sido enviados a Evangelizar a los pobres (Lc 4,43)
La Congregación de la Misión, se denomina oficialmente Congregatio Missionis (CM). Llamados también “lazaristas”, por haber tenido su origen en el Priorato de San Lázaro de París. También son reconocidos como “vincentians” en los países anglofonos, en España como Paules y en América Latina como “vicentinos”.
El Lema de la Congregación: «Evangelizare pauperibus misit me», “Me ha enviado a evangelizar a los pobres”. Se señala el 17 abril de 1625, como la fecha de su Institución, en la que los señores de Gondi -Familia en cuyos territorios el señor Vicente ejerció como Capellán- firmaban con San Vicente de Paúl un contrato por el que ellos cedían una pensión para darle sostenibilidad económica a su proyecto de la Congregación.
El fin específico, como lo indica su nombre oficial, es hacer misiones entre los pobres, especialmente campesinos que, al menos en aquellos tiempos de la fundación, estaban muy abandonados. Luego San Vicente se dio cuenta de que los buenos efectos de las misiones se perderían pronto si no eran mantenidos por buenos sacerdotes, y por eso se entregó a este ministerio, primero con los Ejercicios Espirituales a los Ordenandos, las Conferencias de los martes a los scerdotes y luego con el establecimiento y dirección de Seminarios diocesanos.
La comunidad en que había soñado Vicente de Paúl era una realidad llena de vida cuando murió en 1660. Entre 1625 y 1654 se realizaron 26 fundaciones, 19 en Francia, 4 en Italia, 2 en Berbería y 1 en Polonia.
Debido a la Revolución de 1789, Francia quedó casi devastada, esto fue ocasión de una mayor difusión por el mundo con las misiones, tanto por el Oriente Medio y Extremo, como por América y Asia. Especialmente significativa fue su implantación misionera en China.
Al comiendo del Tercer Milenio es una Congregación extendida por todo el mundo que cuenta con 39 Provincias, 5 viceprovincias.
Datos Históricos
Después de la fundación de Vicente de Paúl y hasta el siglo XVIII, la Congregación experimentó un desarrollo ininterrumpido. Los lazaristas (misioneros vicencianos), de ser 25 en 1632, pasaron a 770 en el tiempo de la revolución francesa, en 1792 (508 sacerdotes y 262 hermanos); 220 seminaristas, entre tanto, se formaban para la misión.
La revolución francesa dispersó a los misioneros, por el decreto de supresión de las órdenes religiosas; 24 de ellos fueron masacrados o murieron sobre los muelles. La Congregación fue restablecida por Napoleón en 1804, cuando 70 cohermanos tornaron a la vida en común.
De nuevo fue suprimida en 1809; tuvo que esperar hasta 1816 para una restauración definitva. Las vocaciones aumentaron durante el restante siglo XIX, lo que permitió abrir nuevas misiones en Francia: parroquias, seminarios mayores, formación de los mismos vicencianos. Por otro lado, contó con personal para relanzar las misiones en Asia (sobre todo en China), en Medio Oriente Medio y en América del Sur.
En el siglo XX, la separación de la Iglesia y el Estado en Francia produjo cierto estancamiento. La Congregación será reconocida sólo a título de representación francesa en el extranjero, pero permaneció activa en todo el mundo.
El tiempo de la posguerra en Francia fue testigo de los vicencianos acometiendo las “misiones bajo carpa”, en cabeza del P. Édouard Rocher. Poco después una misión de los franceses fue abierta en Camerún.
Actualidad de la Congregación de la Misión
Actualmente los Vicentinos en el mundo son 3106 repartidos en 507 comunidades locales en 91 países, en los cinco continentes.
La Congregación de la Misión (CM) es una “sociedad de vida apostólica”, gobernada por las Asambleas Generales que se celebran cada seis años, y por un Superior General, que reside en Roma y es apoyado por un Vicario General y Cuatro Asistentes. Las Asambleas Provinciales, en cambio, tienen lugar cada tres años. Las Constituciones y los Estatutos vigentes recibieron la aprobación pontifica en 1984.
La Congregación está compuesta por sacerdotes y hermanos, unos y otros consagrados a la evangelización de los pobres, por medio de los votos. San Vicente recomendó a los suyos la práctica de cinco virtudes: la humildad, la sencillez, la mansedumbre, la mortificación y el celo apostólico. Ellas son disposiciones interiores indispensables en el anuncio del Evangelio.
La obra principal sigue siendo la que quiso San Vicente: las misiones populares, cuidando de formar a los laicos; se realizan a través de un tiempo fuerte (tres a cinco semanas) y un tiempo largo de impulso (seis a diez años) en un sector. La comunidad también anima parroquias y peregrinaciones en la línea de acoger y formar.