En muchas partes del mundo hoy comienza la Novena en honor a San Vicente de Paúl. En cmglobal queremos unirnos en este homenaje espiritual al Santo de la Caridad y por eso, además de nuestros artículos habituales, estaremos publicando una novena que podrán seguir en los idiomas tradicionales de nuestro sitio. El aporte ha sido dado por un equipo de laicos, seminaristas y sacerdotes de la Provincia de Colombia en coordinación con la Asociación Corazón de Paúl. Agradecemos a Felipe Saavedra, estudiante del Seminario Mayor Villa Paúl, por su compromiso y trabajo. Agradecemos también a los traductores, Charlie Plock, CM en el inglés, P. Dario Ragona, CM, Sor Lucia Campanelli, Sor Gabriella Panebianco, para el italiano. Emilie Vas, para el francés.

Presentación:

“¿De dónde nos vendrá el auxilio? El auxilio nos viene del Señor, que hizo el cielo y la tierra” (Sal. 120) En estos momentos de crisis que afronta el mundo, con diferentes matices, causas y consecuencias, uno puede caer en la desesperanza, pero levantemos los ojos a los montes, ya viene nuestro Salvador, aquel que siempre está en medio de los sufrimientos y padecimientos del ser humano.

Escuchar los gritos de Dios en los pobres, nos debe mover a correr hacia ellos “como quién quiere apagar un fuego” (SVP) por lo que no debe dejar de inquietarnos las nuevas y más duras pobrezas que estamos afrontando como familia humana, lejos de caer en un pesimismo absurdo, debemos mirar a la luz de la fe los acontecimientos que están sumergiendo en la pobreza y la muerte de nuestros pueblos, y no sólo la situación de América Latina, sino también de los países llamados del primer mundo, que se han convertido en faro para los millones de migrantes que llegan buscando nuevas oportunidades.

En 400 años san Vicente de Paúl no ha dejado de sorprendernos, es un modelo de respuesta cristiana antes las contrariedades del mundo, porque nos sigue hablando a pesar de las distancias cronológicas, en últimas, las raíces de los problemas sociales siguen siendo los mismos: injusticias, guerras y marginación. La portada de esta año nos señala un camino, el camino del Señor Vicente, que se dejó guiar por el Divino Maestro, que nos pone en marcha ante un horizonte de posibilidades, la meta es la salvación humana, y esa salvación esta manifestada en la cruz, una cruz que nos compromete a ser hermanos y hermanas capaces de responder con el máximo mandamiento, el amor, ante el odio y la violencia que nos asecha. Vivamos con alegría estos nueve días y revivamos en nosotros el Espíritu Vicentino que nos mueve a darlo todo por Jesús.

Andrés Felipe Rojas Saavedra
Seminarista Vicentino
www.corazondepaul.com

ORACIÓN PARA TODOS LOS DÍAS

¡Oh Dios, padre amoroso! Que por tu gran bondad nos has llamado a ser Evangelizadores de los pobres, siguiendo los caminos de tu Hijo amado Jesucristo, ayúdanos con el ejemplo de San Vicente de Paúl, a ser diligentes y audaces ante las necesidades de nuestros hermanos, con un corazón sensible ante los sufrimientos. Concédenos por tu Espíritu Santo, ser capaces de anunciar, practicar y testimoniar el Reino de Dios en todos los lugares del mundo, para que ninguna periferia se prive del anuncio gozoso de la salvación.

Que al contemplar a tu Hijo hecho hombre podamos pasar de la mesa de la Palabra y de la mesa de la Eucaristía a la mesa de los pobres, para compartir con los demás el Pan de Vida, danos la capacidad de ser hombres y mujeres que encarnemos una verdadera espiritualidad capaz de responder a los desafíos de hoy, te lo pedimos por Jesucristo Nuestro Señor. Amén.

Padre Nuestro…

ORACIÓN A LA VIRGEN.
(De los escritos de San Vicente de Paúl)

Santísima Virgen María ayúdanos a estar dispuestos a practicar las máximas evangélicas, te pedimos que llenemos de ellas nuestro espíritu, llenemos nuestro corazón de su amor y vivamos en consecuencia. Por tu intercesión ya que, mejor que ningún otro, penetraste el sentido de esas enseñanzas y las practicaste. Para esperar que, al vernos aquí en camino de vivir según estas máximas, nos serán favorables en el tiempo y en la eternidad. (cfr. XII, 114-129)

¡Oh, santísima Virgen, pide al Señor este favor, pídele una verdadera pureza para nosotros, para toda la familia vicentina! Esta es la súplica que te hacemos. (cfr. XI, 447-449). Amén.

Dios te salve…. Gloria…

Se dice el día correspondiente

GOZOS

“San Vicente de Paúl, enciende en nosotros el fuego de la caridad”

Fuego de la caridad, desde el campo a la ciudad,
como campesino o preceptor; de misionero a fundador.
La llama ardiente de tu celo, nos pone en la misión de quitar el velo
a los esclavos y a los afligidos, a quienes damos el Evangelio.

Tus hijos e hijas llevan con pasión tu heraldo,
en el firmamento luz ponderosa de tu amor nos guía
con la fuerza imperativa de amar sin miedo,
a quien sediento por la justicia corría.

En el horizonte nos invitas a fijar mirada,
amor efectivo reclaman los pobres.
que sea nuestra caridad inventiva y cimentada
para dar a Cristo en la tierra un mundo sin distinciones.

Padre de los pobres, predicador infatigable
del celo por las almas compártenos ejemplo;
para dar a los pobres testimonio fiable
que conduzcan al hombre a verdadero templo
¡El pueblo muere de hambre y se condena!

Urge llevar el pan con justicia,
que sólo por nuestro amor
los pobres nos perdonarán

¡Oh Vicente de Paúl! Que no se halle en nosotros
un amor que sea subjetivo, ¡donativo debe ser!,
con el esfuerzo de nuestro brazos,
y en la frente el sudor, para dar a conocer al prójimo
el amor de nuestro Dios.

Misión y Caridad son las alas
que te llevaron al cielo,
a tu entrada, pobres y ricos te esperaban.

Gozosos tu hijos, mientras Cristo te coronaba
de laureles y santidad, padre y apóstol,
la Iglesia en ti se reflejaba.

ORACIÓN FINAL AL CORAZÓN DE SAN VICENTE DE PAÚL

Oh Corazón de San Vicente que sacaste del Sagrado Corazón de Jesús, la caridad que tú derramaste sobre todas las miserias morales y físicas de su tiempo, alcánzanos de jamás dejar pasar a nuestro lado miseria alguna sin socorrerla.

Haz que nuestra caridad sea respetuosa, delicada, comprensiva, efectiva como fue la tuya. Pon en nuestros corazones una fe viva que nos haga descubrir a Cristo sufriente en nuestros hermanos desventurados.

Llénanos del celo ardiente, luminoso, generoso que jamás encuentre dificultad alguna en servirlos. Te lo pedimos, oh Corazón de Jesús por la intercesión de aquel, cuyo corazón no latía ni actuaba más que por impulso del tuyo. Amen

PRIMER DÍA
El Cristo de San Vicente de Paúl

Signo: Un Crucifijo, un collage donde se pueda ver diferentes realidades de pobreza y la palabra de Dios. Se recomienda poner en un lugar visible la imagen o estatua de San Vicente de Paúl durante toda la novena.

Canción: Iba por las calles

Iluminación Bíblica: Lucas 4, 18-21

Vino a Nazaret, donde se había criado y, según su costumbre, entró en la sinagoga el día de sábado, y se levantó para hacer la lectura. Le entregaron el volumen del profeta Isaías y desenrollando el volumen, halló el pasaje donde estaba escrito: “El Espíritu del Señor sobre mí, porque me ha ungido para anunciar a los pobres la Buena Nueva, me ha enviado a proclamar la liberación a los cautivos y la vista a los ciegos, para dar la libertad a los oprimidos, y proclamar un año de gracia del Señor”.

Enrollando el volumen lo devolvió al ministro, y se sentó. En la sinagoga todos los ojos estaban fijos en él. Comenzó, pues, a decirles: «Esta Escritura, que acabáis de oír, se ha cumplido hoy.» Palabra del Señor.

Escuchemos a San Vicente de Paúl:

“No hemos de considerar a un pobre campesino o a una pobre mujer según su aspecto exterior, ni según la impresión de su espíritu, dado que con frecuencia no tienen ni la figu­ra ni el espíritu de las personas educadas, pues son vulgares y groseros. Pero dadle la vuelta a la medalla y veréis con las luces de la fe que son ésos los que nos representan al Hijo de Dios, que quiso ser pobre; Él casi ni tenía aspecto de hombre en su pasión y pasó por loco entre los gentiles y por piedra de escándalo entre los judíos; y por eso mismo pudo definirse como el evangelista de los pobres: Me envió a evangelizar a los pobres” (XI, 725).


Reflexión:

La experiencia de fe de San Vicente de Paúl, no deja de sorprendernos, nos pone el reto de no dejarnos llevar por las apariencias; estamos inmersos en una sociedad donde se valora a las personas por lo que tienen y se mira la belleza exterior y no el corazón noble. Jesucristo nos ha dicho, que está en los pobres, en los pequeños, en los que pasan hambre y desnudez, los pobres son un lugar teológico, un tesoro para la Iglesia. Pero la pobreza no debe ser vista sólo con compasión y aliviada con asistencialismo, se debe procurar acabar con las raíces del problema, buscando la promoción de los que sufren.

El Reino de Dios, se manifiesta en la liberación de los cautivos, en que los ciegos recuperan la vista y a los pobres se les anuncia el Evangelio. San Vicente en su época fue capaz de pasar de la contemplación del crucifijo a la acción con el Cristo sufriente en el prójimo. El Cristo de San Vicente nos pone en marcha para buscar la edificación del Pueblo de Dios, donde no sólo nos contentemos con mirar los problemas desde la barrera, sino que caminemos buscando un mundo mejor, más lleno de Dios. ¡Necesitamos de Dios! Es imposible acallarlo cuando está gritando frente a tantas faltas que estamos haciendo como familia humana. Él nos sigue invitando a hablar al corazón de los que pasan por las tinieblas de la fe.     

Preguntas:

  • ¿Cuál es mi compromiso con la Iglesia para edificar el Reino de Dios en medio de mi familia o comunidad?
  • ¿De qué manera estoy ayudando en la misión evangelizadora de la Iglesia?
  • ¿Qué compromisos concretos tenemos como Familia Vicentina para no sólo ayudar material sino espiritualmente?
  • ¿Las personas que ayudamos en nuestro apostolado, se convierten también en testigos y misioneros de Cristo?

Agradecimientos:

Este año la portada y la contraportada de nuestra Novena, fue diseñada por Fernanda Farina y Gabriela Stumpfs de Paraguay, ganadoras del concurso realizado en Corazón de Paúl, donde participaron personas de varias partes del mundo.

Las reflexiones fueron preparadas por: P. Marlio Nasayó, CM; P. Rodrigo Restrepo, CM; Seminaristas: Óscar Betancourt, Isaías Rolón, Helman Sánchez; Sor Marcela Rivas, HC; Diana Enciso (Escuela Bíblica), Diego Alejandro Aguilera (Voljuvi).

Edición y corrección: P. Pedro Martín González, CM; P. Ricardo Antonio Querubín, CM

Aprobación: P. José Alexander Correa, CM
(Rector Seminario Villa Paúl)

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