Cuando Monseñor Fernando Barbosa dos Santos CM, fue nombrado obispo, el 28 de agosto del 2.014, una de sus primeras intenciones fue traer la Congregación para su prefectura.
Esto expresa su sentido de pertenencia, su amor por la congregación y su conocimiento del carisma vicentino. Carisma que no se niega a ir donde están los pobres. Él ya sabía que iba como obispo a un pueblo pobre e intuyó a quienes podía clamar de inmediato para que le ayudasen.
Como la Providencia siempre guía estos acontecimientos, CLAPVI tenía uno de sus encuentros en ese período; monseñor aprovechó para convidar al Padre General Gregorio Gay, CM y al Presidente de CLAPVI, P. Orlando Escobar, CM, para que visitaran el lugar.
Visita terminada, compromiso adquirido. La realidad conmovió a los experimentados invitados y la respuesta fue dada como lo enseñó San Vicente: ´Como quien tiene que apagar el fuego´.
Después de todas las diligencias y consultas necesarias para asumir esta responsabilidad, la Congregación estaba en los preparativos de celebrar los 400 años de vida del carisma vicentino; era significativo sumar la apertura de la Misión en Tefé, a tantas otras actividades concretas que se tendrían en el mundo entero como Familia Vicentina. Así, en el 2.017 la CM estaría con los pies en la brecha.
El primer cohermano enviado fue el P. Alexander Fonseca, CM de la Provincia de Fortaleza. Llegó el 20 de enero del 2017. Empezó a abrir camino y a preparar la llegada de otros misioneros que no se sabía quiénes eran, ni de qué provincia. Tenía también por tarea preparar, junto con el Obispo, la apertura del Equipo Internacional durante el año jubilar.
Llegado el momento, llegué yo, Rogelio Toro, proveniente de la Provincia de Colombia, el 31 de mayo del 2017 y de la Provincia de Rio de Janeiro, el P. Paulo Venuto, quien llegó el 1 de septiembre del mismo año.
Todo listo: 3 cohermanos, una parroquia y una zona pastoral que se constituiría en Área Misionaria al llegar uno de los tres.
Entre tanto se iba decidiendo la parte económica: La Curia General? CLAPVI? Las provincias brasileras?. Y además, lo que debería asumir la Prefectura.
Como equipo Internacional ya en el terreno, fue instalado como Párroco de Abial el padre Paulo Venuto el 4 de septiembre del 2017 y como vicarios los dos cohermanos.
Se decidió crear la Área Misionaria de Caiambé el 15 de noviembre del 2017 y erigida canónicamente el 25 de marzo del 2018, domingo de ramos. Asumió como administrador el P. Alexander Fonseca.
Estuvieron presentes para este acontecimiento: El Señor Obispo, P. Javier Álvarez, CM Asistente General de la Congregación, los tres cohermanos, algunos sacerdotes, los fieles e algunos invitados especiales. Entre otros, algunos pastores protestantes y de otras iglesias.
El Padre Alexander fue a vivir ahí y quedamos los padres Paulo y Rogelio en Abial. Con el compromiso de ayudarse mutuamente y de encontrarnos regularmente como cohermanos de un mismo equipo.
La presencia del P. Javier para esta ocasión fue muy importante para clarificar varios asuntos importantes y tomar decisiones. Referentes a nosotros mismos (consultas para superior, ecónomo, secretario, salvar la vida comunitaria, formación, espiritualidad y familia vicentina etc). Tomar decisiones conjuntas con la Prefectura y firma de contratos; medio de transporte para la pastoral en Caiambé, mejoramiento de la casa cural de Abial y sugerencias para solucionar la responsabilidad sobre el asunto económico de la misión vicentina en este lugar.
En todas estas, en la prefectura quedó vacante la Area Misionera de Tamanicuá. Distante a 18 horas en barco desde Tefé. El Señor obispo pidió al equipo internacional la posibilidad de liberar al P.Rogelio para asistir temporalmente esa zona.
Aceptamos ayudar ahí y colaborar con el obispo dando una respuesta positiva. Con el compromiso de salvar la vida comunitaria del equipo cueste lo que costara. Este compromiso fue aprobado por el padre Javier pero siempre insistiendo en que deberíamos salvar el aspecto comunitario.
Fuí para ese sitio el 23 de febrero del 2017 y duré allí hasta el 23 de marzo del 2018; día en que el señor obispo encontró un misionario laico, formado en filosofía y teología, que aspira integrarse a la Prefectura y fue enviado allí, el señor Juaréz Oliveira.
De regreso a Roma, el Padre Javier diligenció asuntos como estos: Nombraron superior al Padre Paulo, nos pidieron escoger el ecónomo y presentarlo para ser aprobado; decidieron darnos el dinero para comprar un barco para la Área misionaria de Caiambé; enviaron los primeros recursos económicos para el sostenimiento del equipo; dieron la orden de remodelar, cuanto antes, la casa cural de Abial, que es como nuestra casa central del equipo; dieron ordenanzas para salvar la vida comunitaria y finalmente se comprometieron a apoyar el equipo internacional desde todo punto de vista: Con oraciones, en lo económico y con el envío de nuevos misioneros cuando fuese necesario.
Todo estaba avanzando positivamente, cuando 6 meses después de la creación de la Área Misionaria, el P. Alexander empezó con dificultades de salud. Fue hacerse exámenes en su Provincia de Fortaleza y la orden medica fue que no podía regresar a una misión tan dura como ésta.
Quedó el Área como oveja sin pastor. El P. Pablo no podía hacer nada desde Abial y yo no podía abandonar el compromiso adquirido en Tamanicuá. Sobretodo que estaba construyendo la Casa Cural, gracias a una ayuda financiera enviada por Monseñor Alfonso Cabezas CM.
Por otro lado, era más fácil para el Obispo, enviar a alguien los domingos a Caiambé que sacarme de donde estaba y con los proyectos que tenía. Así, fue asistida el Área durante seis meses hasta que pude liberarme y ser nombrado administrador en Caiambé. Los trabajos de acabamiento los haría el misionero laico que estaba llegando al lugar.
Como no quería dejar esa comunidad sin eucaristía, me comprometí a ir el primer domingo de cada mes, a pesar de la distancia, mientras el obispo encuentra algún padre definitivo para ese lugar.
Con la ausencia del padre Alexander, era urgente enviar otro misionero para ayudarnos. Las condiciones pastorales son difíciles y requerían refuerzo inmediato.
Estamos muy agradecidos con el visitador de Colombia, P. Diego Luís, quien, en comunión con el P. General, decidió enviar al cohermano Abel Cuetocué, CM, para ayudarnos. Un esfuerzo más de nuestra Provincia, como respuesta concreta a una tierra verdaderamente misionera, donde la ´iglesia en salida´ y el carisma vicentino no tienen que tener miedo de ensuciarse ni de sufrir.
En este momento estamos en espera del P. Abel y si Dios quiere esto nos ayudará demasiado.
Recordemos además que fuera de la Congregación y de estas provincias que envían misioneros aquí, es la iglesia entera que se está volcando para amazonas; prueba de esto es el sínodo convocado por el Papa francisco del 1-319 de octubre de este año y del cual se espera un compromiso mayor de todos con esta iglesia particular.
Con el tema: “Amazonas, nuevos caminos para la Iglesia y para una ecología integral”, sin lugar a dudas muchas bendiciones y decisiones serán recibidas y el mundo entero tendrá que recordar que todos somos responsables del planeta y que todos tenemos que hacer más por nuestra casa común; en especial por esta sufrida y abandonada amazonas.
Convido a todos los cohermanos para que sigamos haciendo al máximo para que nuestro carisma se haga cada día más vivo en todos los lugares donde estamos y especialmente entre los verdaderamente pobres.
Que el Señor nos bendiga y que donde la Providencia quiso colocarnos seamos felices y nos esforcemos por dar lo mejor de nosotros mismos.
Unión de oraciones.
Rogelio TORO CM
Misiones Internacionales