Roma, 25 de enero de 2020

Mis queridos cohermanos,

¡La gracia y la paz de Jesús estén siempre con nosotros!

El 25 de enero de 1617, fiesta de la conversión de San Pablo, San Vicente de Paúl predicó un sermón en la iglesia de la villa de Folleville, sobre la importancia de una confesión general en la vida de cada persona. Más tarde eligió esta fecha para señalar el comienzo de lo que él llamó la Pequeña Compañía.

Han pasado cuatrocientos tres años desde aquel momento histórico inspirado por Dios cuando se plantaron las primeras semillas. Al germinar, estas semillas crecieron, en 1625, en la Congregación de la Misión. Uno puede imaginar el fuego interior y celo misionero de nuestros primeros cohermanos que se unieron a Vicente en los años siguientes. Nosotros también podemos imaginar su vida de oración, dispuestos a deprenderse de las cosas materiales, y sedientos por seguir a Cristo, Evangelizador de los Pobres, hasta los confines de la tierra.

En esta fiesta de la conversión de San Pablo y del Día de la Fundación de nuestra Congregación, animo a cada miembro de la Pequeña Compañía a movilizarse y movilizar a otros en una cadena de oración por la próxima 43 Asamblea General de la Congregación de la Misión que tendrá lugar del 27 de junio al 15 de julio de 2022. La cadena de oración es para comenzar este año en la Fiesta de la Conversión de San Pablo y del Día de nuestra Fundación y extenderla a lo largo de dos años y medio de preparación para la 43 Asamblea General de la Congregación de la Misión, hasta su conclusión el 15 de julio de 2022.

La Comisión Preparatoria para la Asamblea General fue establecida y oficialmente anunciada en la carta del Tempo Forte de diciembre de 2019 enviada a todos los cohermanos de todo el mundo. Durante el próximo Tempo Forte en marzo de 2020 y, después del primer encuentro de la Comisión Preparatoria, se anunciará el Tema oficial de la próxima Asamblea General.

La reflexión sobre el enfoque de la próxima Asamblea General comenzó en el Encuentro de Visitadores de la CM en Manila, Filipinas, en junio de 2019 y se ha continuado durante el encuentro de Tempo Forte del Consejo General de diciembre de 2019. Se continuará durante las Asambleas Domésticas, Provinciales, y Vice-Provinciales, por la Comisión Preparatoria, así como por El Consejo General.

Invito personalmente a cada cohermano, cada comunidad local, cada provincia, viceprovincia, región, y misión internacional a movilizarse en oración dentro de la Congregación, así como más allá de nuestra Congregación. Les pido que lleguen a todas las ramas de la Familia Vicenciana en el ámbito local, nacional e internacional. Además, pidan a los miembros de la Familia Vicenciana, en el sentido más amplio de la palabra, nuestros familiares, amigos, feligreses, estudiantes en todas nuestras escuelas y colaboradores, orar con nosotros. Podemos extender también esta petición para unirse a nosotros en oración a las Congregaciones Contemplativas masculinas y femeninas, así como a otras Congregaciones que no pertenecen a la Familia Vicenciana, para no dejar a nadie atrás, para no dejar ninguna piedra sin remover.

En este momento, no presentó ninguna oración específica que todos diremos. Esto llegará después del primer encuentro de la Comisión Preparatoria este próximo marzo 2020. En este momento, me gustaría alentar sus iniciativas personales localmente, provincialmente, en nuestras regiones y misiones internacionales, para preparar y llevar a cabo nuestros encuentros de oración, peticiones, y, más tarde, usar la oración oficial que recibirán pronto. Sin embargo, no debemos limitarnos a esa oración, sino que con nuestra inventiva, talentos y dones hacer mucho más hacia el mismo objetivo.

Por ejemplo, semanal o mensualmente podríamos ofrecer la Santa Eucaristía por esta intención; rezar la Liturgia de las Horas centrándonos en el tema de la próxima Asamblea General; organizar un tiempo de Adoración ante el Santísimo Sacramento; preparar un encuentro de oración con una combinación de oraciones, peticiones, y cantos modelados por el tema de la futura 43 Asamblea General; rezar al menos un misterio del Rosario diariamente por esta intención; caminar en peregrinación a lugares santos con el objetivo específico de pedir la intercesión Divina a través de Nuestra Señora de la Medalla Milagrosa, los Beatos, Santos, y Siervos de Dios de nuestra Congregación, así como de toda la Familia Vicenciana, etc.

Nuestra próxima Asamblea General se celebrará, Dios mediante, 405 años después del momento inspirado por Dios en Folleville. Necesitamos tener sed, aspirar y apuntar nada menos que al fuego interior y al celo misionero que llevó a nuestros primeros cohermanos a seguir a Jesús, Evangelizador de los Pobres. Necesitamos esforzarnos para una nueva primavera, un nuevo Pentecostés.

Conocemos bien nuestras debilidades, pero creemos también firmemente que movilizando la oración dentro y fuera, hasta donde pueda llegar, implicando al mayor número posible de personas, podemos hacer realidad lo que fue el sueño de Jesús para la futura Congregación, como se le comunicó a San Vicente por inspiración Divina. Como San Vicente nos ha dicho: “Dadme un hombre de oración, y será capaz de todo; podrá decir con el santo apóstol: “Puedo todas las cosas en Aquél que me sostiene y me conforta” (cf. Filipenses 4:13).1 Podemos confiar en la misericordia de Dios hacia nuestra Pequeña Compañía.

Que estas líneas animen a cada uno de nosotros a abrazar, con total confianza en la Providencia, esta misión de movilizar la oración para la próxima 43 Asamblea General de la Congregación de la misión

Su hermano en San Vicente,
Tomaž Mavrič
CM Superior General

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