Filipinas es un país visitado frecuentemente por calamidades tales como tifones, inundaciones, erupciones volcánicas, terremotos, fuego y la ultima pandemia. Cierto, no hay un año jamás que una de estas catástrofes no haya devastado a nuestro pueblo, especialmente al más vulnerable. Hay incluso años en que esto ocurre simultáneamente, o uno después de otro, en un periodo breve de tiempo.  Los grupos de la HC y la CM y las ramas de la Familia Vicenciana están constantemente dispuestos a responder  creativa y en colaboración cuando surge la necesidad. En seguida, tenemos el ejemplo de tal iniciativa. 

Al comienzo de este año -12 de enero para ser exacto- la rápida erupción del volcán Taal en la ciudad turística de Tagaytay pilló a todos de sorpresa. La última erupción de este tranquilo y escénico volcán fue en 1977. La Familia Vicenciana se levantó para actuar. Dirigidos principalmente por la CM, Las HC, y un buen número de voluntarios, organizaron asistencia de ayuda creando “Ayudas Vicencianas”. Hicieron viajes diarios a Tagaytay City y ciudades cercanas de la Provincia de Batangas para ofrecer mascarillas, comida y agua a los afectados residentes temporalmente alojados en escuelas públicas y patios cubiertos. Hacia el final de las operaciones de ayuda, comenzaron a planificar la rehabilitación a largo plazo de los evacuados más vulnerables -los residentes de la isla misma del volcán. Dos trabajadores sociales vicencianos (uno CM y una HC) se unieron a las Unidades Locales Gubernamentales (LGUs) buscando lotes disponibles de edificios de viviendas para los que no podían  volver a las zonas de peligro permanente. Por desgracia, otro desastre sin precedentes interrumpió la planificación: la COVID-19 pandemia. 

La estructura de la Vincent Helps se restableció para responder a esta pandemia. No obstante, dado que  los coordinadores de esta organización no podían reunirse por la cuarentena intensificada comunitaria  (ECQ) y el confinamiento, las cuatro comunidades del Complejo del Seminario San Vicente en Quezon City, asumieron la responsabilidad.  

La organización consta de un Equipo Respuesta  (Actuando como el grupo principal) con los siguientes comités: comité de Movilización de Recursos, comité de Operaciones y comité de Documentación. El Equipo de Movilización de Recursos utiliza los medios sociales para crear concienciación y fuentes de financiación online. También coordinan ellos con los bancos y las facilidades de transferencia de dinero. Este grupo ha sido muy efectivo en recaudar fondos localmente y en el extranjero. 

El Equipo operacional  está dividido en dos grupos: el equipo de “suministro” y el equipo de “distribución”. Tomando medidas preventivas muy seriamente –porque un buen número de miembros de cohermanos mayores viven dentro del complejo y son susceptibles del virus – los equipos de compra y distribución están formados solo de cuatro y dos personas, respectivamente.  Acoplados con protocolos estrictos de protección y desinfección, minimizan el riesgo de posibles contagios. 

Mientras algunos donantes generosos contribuyen con tipos de comida, la mayor parte es comprada al por mayor. Unos 50 voluntarios (sacerdotes, hermanas, seminaristas, personal y  juventud parroquial) hacen los paquetes cada día. Tres veces por semana otro equipo de voluntarios prepara 400 comidas cocidas para personas sin hogar y personas que viven en la calle. El equipo de distribución trae los paquetes de comida  a diferentes puntos de entrega o centros localizados en zonas deprimidas en torno a la ciudad tales como las familias que viven en barrios pobres o bajo los puentes. Los Voluntarios  visten camisetas tituladas “Vicenciano” y están acompañados por sacerdotes con ropa clerical para identificación fácil como un grupo “eclesial” y facilitan viajes a centros de distribución. También ellos cumplen medidas básicas de seguridad  como la distancia social, portando las mascarillas y desinfectando para disminuir la exposición al virus. 

El grupo de Documentación consta de Medios Sociales y un Equipo Creativo y un equipo que Reúne Datos y hace crónicas. Ellos levantan VincentHelps y Frontliners para crear concienciación en los medios sociales, anunciando la recogida de fondos online. Se ha establecido una página Facebook para actualizar anuncios en plataformas de medios sociales y reunión de datos para la distribución; también mantienen una base de datos para los beneficiados y los donantes. La pagina Vincent Helps FB también presenta artículos, reflexiones y homilías para inspirar a las gentes, enviar mensajes de esperanza, y lo más importante, acompañar a los fieles en la reflexión y el crecimiento espiritual a través de la oración diaria de la mañana, suplicas de oración, y las misas diarias online (en coordinación con la página  Paul House FB). 

Un mes en el confinamiento, hemos distribuido 18.663 paquetes de comestibles, 4.400 paquetes de comida preparada para tomar y 105,340 trozos de pan (pandesal). El Paquete de comida o los paquetes de ayuda incluyen arroz, enlatados, fideos y verduras. La cantidad total compartida a través de este programa es de Filp. 4,452,438.73. 

Continúan aumentando los casos de infección a pesar del confinamiento extensivo y la cuarentena comunitaria. Liderazgo ineficaz, riñas políticas, falta de equipos de protección para los de primera línea, número limitado de  bolsas para los análisis, falta de fondos gubernamentales para la asistencia social y distribución desorganizada de la ayuda, complica más la dura situación.  El gobierno aparece como desbordado por la magnitud del problema. El Presidente  y sus asesores permanecen indecisos sobre el levantamiento del confinamiento. 

Mientras tanto, muchos pobres desafían las órdenes del gobierno de permanecer en casa porque están más preocupados de morir de hambre que por el virus invisible. La intuición de San Vicente permanece tan práctica como fue en 1617: “Los pobres sufren muchas veces más por falta de “orden” que por falta de personas caritativas.” (SV, XIII, 423) Vincent Helps es nuestro intento modesto para organizar caridad que alivie un poco los sufrimientos de los más vulnerables. 

Gregg Bañaga, Jr., CM and Geowen Porcincula, CM

     

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