Querer expresar en palabras sencillas la explosión en Beirut del 4 de agosto de 2020 a las 6 p.m. sería una insignificancia debido a la gravedad de la tragedia. Todos los sectores de la sociedad se vieron gravemente afectados material, humana y psicológicamente. Los vicentinos y las Hijas de la Caridad que trabajan en esta ciudad desde la primera mitad del siglo XIX a través de sus lugares de culto, administración, escuelas, dispensarios, servicios sociales o presencia entre la juventud, han sufrido también las consecuencias como todos los demás. Una Hija de la Caridad, Sor Sophie Khosrovian, de origen iraní, murió, dos seminaristas y dos sacerdotes vicentinos resultaron heridos.

Todas las casas o edificios de los vicentinos quedaron deteriorados: la Casa Provincial ya no es habitable pero hemos emprendido los trabajos para retirar los escombros y los jóvenes de los diferentes grupos vicentinos nos están ayudando. Los alimentos que estaban almacenados y que eran destinados para ayudar a cerca de 500 familias han sido destruidos; la casa que solía recibir a los estudiantes y a los empleados de bajo salario requiere un trabajo de rehabilitación importante para reanudar su misión en un momento en el que podría prestar un gran servicio ya que  muchas familias han perdido sus hogares y podrían haberse aprovechado estos locales para refugiarse allí. La Basílica de la Medalla Milagrosa fue dañada. Los vitrales se están derrumbando, el sistema eléctrico se ha quemado, y escapamos por poco de un incendio devastador. El Rosario y la Misa que solíamos celebrar allí todas las noches, a veces con la presencia de más de 700 personas, son celebrados ahora al aire libre, aprovechando el buen tiempo y a pesar del calor del verano. También han sido destruidos los locales del oratorio, que solía ser frecuentado por unos 200 niños de las zonas más desfavorecidas.

¿Dónde comenzar las reparaciones y con qué medios? Se decidió comenzar en primer lugar por la Casa Provincial que alberga la Curia Provincial, los cohermanos al servicio de la “misión en la ciudad” y la catequesis de adultos, los cohermanos mayores, los seminaristas y la distribución de alimentos y medicinas. Siendo esta Casa un lugar de acogida, abierto a todo tipo de miseria, ya sea material, humana o espiritual, debe reanudar su misión lo antes posible. ¿A quiénes se dirigirán todos los heridos, que en un momento dado, han encontrado en nosotros y con nosotros escucha, consuelo y apoyo? Es en primer lugar en ellos en quienes pensamos. Son nuestra principal preocupación. Son la razón de nuestra presencia en Beirut. Mirando a nuestro alrededor, nos decimos a nosotros mismos que a pesar de la situación, estamos mejor que muchas familias que están de luto por los muertos, los desaparecidos, los heridos y tantos otros que ya no tienen un lugar donde refugiarse.  A todas estas desgracias se añade el COVID-19 y los múltiples contagios, que han ido en aumento. Junto a todo esto se debe mencionar la falta de recursos para responder a todas estas necesidades.

Que el Señor venga en ayuda de este pobre Líbano, que ayer mismo imaginó que había salido de las diversas crisis que lo han sacudido en los últimos años y que se encuentra en un pozo sin fondo.

Antoine-Pierre NAKAD cm
Provincia de Oriente

Nota del Superior General, Padre Tomaž Mavrič, CM dirigida a los Visitadores:

Nuestro cohermano, el Padre Antoine-Pierre Nakad, nos envió esta información sobre la situación en Beirut que nos ha sacudido profundamente y ha dejado un gran dolor en nuestros corazones.

Cuando me puse en contacto con el Visitador de la Provincia de Oriente, el Padre Ziad Haddad, CM expresó su gran alegría y consuelo al recibir muchas llamadas telefónicas de diferentes Visitadores y otros cohermanos que compartieron su promesa de oración, cercanía y ayuda material para los cohermanos en el Líbano para ayudarles a hacer frente a las grandes pérdidas que la Provincia ha sufrido, especialmente en Beirut, así como la posibilidad de ayudar a muchas personas, familias que lo han perdido todo, hasta las perdida de muchas vidas también.

En estas breves palabras, quisiera invitar a todas las Provincias y Viceprovincias de la Congregación a continuar sus oraciones por nuestros cohermanos, Hijas de la Caridad y otros miembros de la Familia Vicenciana en el Líbano.

También quisiera animar a otras provincias y viceprovincias que puedan apoyar financieramente a la Provincia de Oriente de alguna manera para que puedan hacer frente a esta catástrofe. Les pido  que se pongan en contacto con el P. Paul Parackal, CM,  Ecónomo General y le envíen sus donaciones nombrando: “Donación para el Líbano”

Me gustaría agradecerles por toda su cercanía, que es otro gesto, que habla de nuestro amor mutuo.

Tomaž Mavrič, CM
Superior General

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