REFLEXIÓN PARA EL PRIMER DOMINGO DE ADVIENTO (AÑO B)

TEMA: EL ALFARERO Y LA ARCILLA
1ª Lectura: Isaías 63,16d-17.64,1.3b-8
2ª Lectura: 1 Corintios 1,3-9
Evangelio: Marcos 13,33-37

La temporada de Adviento nos llama a renovar el corazón y la mente en el amor de Dios entre nosotros. La primera lectura, del libro del Profeta Isaías, comienza con dos preguntas que parecen sugerir la culpabilidad de Dios sobre la fragilidad humana. Sin embargo, las preguntas son expresión de la lucha interna del ser humano tras su separación del amor de Dios, y que son fundacionales para la idea de que “Dios es el alfarero y nosotros somos la arcilla”, como dice la última frase del texto. Si nos tomamos un momento de descanso para imaginar la arcilla en las manos del alfarero, se nos hace evidente un objeto dócil y obediente ante el “Sujeto de Amor”. Así, la espiritualidad del Adviento puede ser interpretada como la de un espíritu humilde y contrito en las manos de Dios.

También estamos incluidos en la gratitud de San Pablo a dios por los creyentes de Corinto, porque seguimos disfrutando el favor de la gracia amorosa y sin límite de Dios a través de Cristo en nuestras vidas como vicentinos. Como aparece vívidamente en la segunda lectura, la paciencia que espera para la revelación de Cristo es uno de los frutos implícitos de la gracia que hemos recibido. A no ser que seamos arcilla en las manos del alfarero, para nosotros sería imposible esperar.

El Evangelio de Marcos nos cuenta que nuestra espera no puede estar vacía de vigilancia. Así, la sencillez de las palomas y la sagacidad de las serpientes que nos exige cristo es conveniente para nuestra espera en esta temporada de Adviento. Solo los sabios se someten siempre a la divina voluntad de Dios tal como la arcilla queda a la disposición del alfarero para que la moldee y la embellezca.

Mientras viajamos por este Adviento, esta oración de San Vicente de Paúl refleja un buen tema para la meditación: “Que nuestro Señor esté en nuestros corazones, y nuestros corazones en el suyo”.

Oremos para que el Señor nos reúna en torno a Él (Sal 82).

Augustine Abiagom CM.
Provincia de Nigeria.

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