Nació el 3 de febrero de 1751 en Busigny (Francia). Educado por los jesuitas, se sintió llamado a la vida religiosa. No tenía más de 15 años cuando ingresó a hacer parte de los hijos de San Vicente de Paúl, en la Casa Madre de San Lázaro de París. Ordenado sacerdote en 1773, en 1788 fue nombrado superior del Colegio Seminario de San Fermin en París, el colegio “des Bons Enfants”. A pesar de que los tiempos eran difíciles, se encargó de que el seminario continuara su vida regular. Escribió varias misivas contra la Constitución Civil del Clero, entre ellas una titulada Apología. Cuando la persecución ya hacía estragos, abrió las puertas del seminario de San Fermin a más de 90 sacerdotes y religiosos. Luego la casa fue invadida por los asaltantes, el beato Luis José François fue apresado y arrojado por una ventana: posteriormente lo mataron a golpes cuando estaba en el suelo, y su cadáver, como el de los demás, fue cruelmente profanado: era el 3 de septiembre de 1792.
BEATO JUAN ENRIQUE GRUYER, CM (1734-1792)
Nació el 13 de junio de 1792 en Dole (Francia). Siguiendo la llamada de Dios, se ordenó sacerdote en St. Cloud y se estableció en su ciudad natal. Aspirando a la perfección, a la edad de 37 años decidió hacer parte de los los Hijos de San Vicente de Paúl. Fue enviado a Argers. Nombrado vicario de Nuestra Señora de Versalles, se trasladó en 1794 a la parroquia de San Luis, donde lo sorprendió la Revolución. Expulsado de la parroquia por negarse a prestar el juramento civil, regresó a París, al seminario de San Fermin, el cual le abrió sus puertas y donde murió el 3 de septiembre de 1792 junto al beato Luis José, con quien compartió el sufrimiento y el martirio.
BEATO NICOLAS COLIN, CM (1730-1792)
Nació en Grennat, Haute-Marne (Francia), el 12 de diciembre de 1730. Hizo sus votos en la Congregación de la Misión en 1749. Durante 22 años ejerció su ministerio misionero con fama de buen predicador. La Revolución lo expulsó de su parroquia por negarse a prestar el juramento civil. Huyó a París, donde encontró la muerte de los mártires en la cruel masacre del 3 de septiembre de 1792.
BEATO JUAN CARLOS CARON, CM (1730-1792)
Originario de Auchel-Pas-de-Calais (Francia), donde nació el 31 de diciembre de 1730. Hizo sus votos en la Congregación de la Misión en 1752. Durante 29 años se dedicó al ministerio de las misiones, siendo posteriormente párroco de Colegien, diócesis de Arrás. Como tantos otros, se negó a prestar el juramento civil, por lo que fue expulsado de su parroquia, y se refugió en París. Su muerte se une a la de los mártires de la cruel masacre del 2 y 3 de septiembre de 1792.
BEATO PEDRO RENATO ROGUE, CM (1758-1796)
Nació en Vannes el 11 de junio de 1758. Hizo sus votos e ingresó definitivamente en la Congregación de la Misión el 26 de octubre de 1788. En su Bretaña natal se dedicó a ayudar a los católicos perseguidos hasta que fue arrestado mientras llevaba la comunión a un enfermo en la Nochebuena de 1795. Fue llevado a prisión ese mismo día, el 24 de diciembre, y permaneció allí hasta el 3 de marzo siguiente. Fue condenado a la guillotina.
Al final de este injusto proceso, fue llevado de nuevo a la cárcel, desde donde escribió su última carta a su anciana madre y a sus Hermanos de Comunidad, diciéndoles que iba a morir por la fe y que en ese momento se sentía feliz y contento de dar su vida por Cristo.Hubo varios intentos de sacarlo de la cárcel, mientras él pasaba la noche rezando y ayudando a los que, como él, habían sido condenados a muerte. Fue ejecutado en la guillotina el 3 de marzo de 1796, bajo la mirada de su anciana y santa madre.
Para la canonización de estos nuestros beatos, es necesario presentar un milagro atribuido a su intercesión.
Oración para obtener la canonización
del Beato Luis-José FRANÇOIS Y COMPAÑEROS
Oh Dios, por tu amor a la Iglesia, has unido al beato Luis-José y sus compañeros a Ti, enriqueciéndolos con una fuerza invencible para defender su libertad. Te pedimos que la Iglesia los reconozca pronto entre sus santos, para que con su ejemplo e intercesión aprendamos a amar a la Iglesia como a nuestra madre y a proclamar tu palabra de verdad y justicia con fuerza evangélica.
Por medio de su oración e intercesión, concédenos la gracia… que tanto esperamos de Ti, si esto es según tu voluntad. Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor. Amén.