¿Qué es invertir?

Cuando hablamos de inversiones, nos referimos a la compra de un activo o valor con la esperanza de que genere ingresos o aumente su valor en el futuro. Estos activos adquiridos pueden ser acciones, bonos, bienes inmuebles o participaciones en fondos de inversión.
Puede tener dos posiciones con respecto a estos activos adquiridos, o bien invierte creyendo en su compra con la intención de mantenerla a largo plazo, o bien especula tratando de capitalizar las ineficiencias del mercado para obtener beneficios a corto plazo.

Por qué invertir éticamente.

El crecimiento económico siempre ha tenido aspectos positivos: aumento de la esperanza de vida, aumento de la igualdad entre hombres y mujeres, aumento de las tasas de alfabetización, disminución de la pobreza. Sin embargo, también hay consecuencias negativas como los efectos secundarios en el medio ambiente, las repercusiones en la sociedad civil y los efectos negativos en la administración de las empresas.
En los últimos años, la cuestión de la globalización ha cambiado el enfoque de los sistemas económicos. La crisis financiera de 2008 provocó enormes pérdidas económicas y llevó a diferentes operadores financieros a cuestionar el hecho de que el beneficio por sí solo, como finalidad de las actividades económicas, no es suficiente si no va acompañado de la consecución del bien común. De ahí surgió la idea de un desarrollo económico que no excluya el principio de sostenibilidad, identificado en el acrónimo ESG (Environmental Social Governance). Con este nuevo concepto hay tres aspectos a tener en cuenta: en primer lugar, el respeto al medio ambiente, no puede haber desarrollo sostenible en detrimento del medio ambiente; después, el respeto a los derechos humanos y sociales, comunes a todos los seres humanos; por último, el respeto a la ley y a un sistema de reglas compartidas que se resume en el término de Gobernabilidad.
Invertir de forma ética significa invertir utilizando estrategias que permitan una rentabilidad financiera competitiva, pero también mitigar y, si es posible, anular los riesgos éticos, los riesgos ASG.
El enfoque ESG, como estrategia de inversión a medio y largo plazo, ofrece un análisis aún más profundo de los valores con el enfoque “basado en la fe”, utilizando una estrategia que permite no sólo considerar los valores que deben excluirse, sino también los que deben incluirse.
Un inversor que sigue una doctrina moral religiosa prestará aún más atención a la ética de sus inversiones. Por ejemplo, se asegurará de que las empresas cotizadas en las que invierte respetan los valores de la vida, el medio ambiente, el trabajo y la familia, y sin buscar sólo el beneficio seguirá los principios de la fe religiosa.

Michele Mifsud. Miembro del Consejo Único de Consultores
Asesoría financiera

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