Pentecostés es una fiesta cristiana que celebra el descenso del Espíritu Santo sobre los Apóstoles y la Iglesia naciente. Este acontecimiento, narrado en el libro de los Hechos de los Apóstoles (Hch 2:1-13), marca un momento crucial en la historia del cristianismo y pone de relieve el valor misionero del acontecimiento. En este artículo, exploraremos el significado de Pentecostés y su papel a la hora de animar a los cristianos a difundir el Evangelio por todo el mundo.

El contexto bíblico de Pentecostés

Pentecostés, que deriva de la palabra griega “pentekostos” (quincuagésimo), se celebra cincuenta días después de Pascua. El acontecimiento bíblico ve a los Apóstoles reunidos en el Cenáculo de Jerusalén, a la espera del Espíritu Santo prometido por Jesús antes de su Ascensión (Hechos 1:4-5). Cuando el Espíritu Santo desciende sobre ellos en forma de lenguas de fuego, los Apóstoles reciben el don de lenguas y comienzan a predicar el Evangelio a los distintos pueblos presentes en la ciudad.

El valor misionero de Pentecostés

Pentecostés subraya la importancia de la misión evangelizadora en el cristianismo, ya que representa el momento en que los Apóstoles, fortalecidos por el Espíritu Santo, comienzan a difundir el mensaje de salvación de Jesucristo. Este acontecimiento sanciona el nacimiento de la Iglesia y su tarea de anunciar la Buena Nueva a todas las naciones. La bajada del Espíritu Santo simboliza la unidad y la diversidad de la Iglesia, llamada a llevar el Evangelio a todas las culturas y pueblos, sin distinción de raza, lengua o nación.

Pentecostés y la vida de la Iglesia

Pentecostés es una invitación permanente a la Iglesia y a cada cristiano a renovar su compromiso con la misión evangelizadora. El Espíritu Santo otorga sus carismas, o dones espirituales, a cada creyente para construir la comunidad y llevar a cabo la misión evangelizadora. Pentecostés nos recuerda que cada cristiano, gracias a la presencia del Espíritu Santo, tiene el poder y la responsabilidad de ser testigo de la fe y de contribuir a la difusión del Evangelio.

Pentecostés y el ecumenismo

El acontecimiento de Pentecostés tiene también un valor ecuménico, ya que pone de relieve la unidad fundamental de la Iglesia y su tarea de superar las divisiones entre las distintas confesiones cristianas. El descenso del Espíritu Santo, que une a los Apóstoles y a los primeros cristianos, es una invitación a buscar la comunión y la colaboración entre todas las Iglesias, con vistas a un testimonio común del mensaje de Jesucristo.

Conclusión

Pentecostés es un acontecimiento crucial en la vida de la Iglesia, que pone de relieve la importancia de la misión evangelizadora y el papel del Espíritu Santo para inspirar y guiar a los cristianos en esta tarea. Como se recoge en la Biblia, “recibiréis la fuerza del Espíritu Santo, que vendrá sobre vosotros, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria y hasta los confines de la tierra” (Hch 1,8). Este pasaje pone de relieve el alcance universal de la misión cristiana y la necesidad de contar con la guía del Espíritu Santo.

El Papa Francisco, en su pontificado, ha subrayado a menudo la importancia de la misión evangelizadora y el papel del Espíritu Santo en la animación de la vida de la Iglesia. En una de sus homilías de Pentecostés, el Santo Padre dijo: “El Espíritu Santo nos hace ver el horizonte y nos empuja a las periferias existenciales para anunciar la vida de Jesucristo. Preguntémonos si tenemos tendencia a encerrarnos en nosotros mismos, en nuestro grupo, o si dejamos que el Espíritu Santo nos abra a la misión.” (Homilía en la solemnidad de Pentecostés, domingo 19 de mayo de 2013)

En resumen, Pentecostés representa un momento fundamental en la historia del cristianismo y subraya el valor misionero del acontecimiento. Todo cristiano está llamado a participar activamente en la difusión del Evangelio, guiado y sostenido por el Espíritu Santo, para contribuir a la edificación de la Iglesia y a la realización del Reino de Dios en la tierra.