Roma, 25 de agosto de 2023

 

“¡Respirar con ambas partes de los pulmones!”

 

Queridos hermanos :

 

Que la gracia y la paz de Jesús estén siempre con nosotros.

 

Llamados a revitalizar la identidad de la Congregación de la Misión de San Vicente de Paúl”… este título del documento conclusivo de la 43º Asamblea General nos extiende una invitación a todos nosotros, miembros de dicha Congregación.  Nos encontramos en un momento crucial de la historia de la Congregación. En efecto, durante los próximos cinco a diez años, es muy importante que reforcemos el pulmón de la “Pequeña Compañía”, es decir, que hagamos todo lo posible para atraer a más jóvenes dispuestos a optar por la Vocación de Hermanos. Año tras año, el número de Hermanos sigue disminuyendo y ha llegado a un punto alarmantemente bajo. De seguir así, muy pronto perderemos una parte de “nuestros pulmones” y eso traerá consigo consecuencias casi inimaginables.

 

En la actualidad hay “100 Hermanos” en toda la Congregación, pero muchos de ellos son de edad avanzada.

 

Desde el principio, San Vicente de Paúl tuvo muy claro su plan con respecto a la composición de la Compañía. En realidad, a lo largo de la mayor parte de su historia, la Pequeña Compañía respiraba maravillosamente “utilizando al máximo cada dimensión de los pulmones”. Todos los Misioneros, sacerdotes y hermanos, compartían el mismo carisma y espiritualidad y ejercían su ministerio de acuerdo con la llamada del Espíritu.

 

En la situación aquí y ahora, nosotros, como miembros de la Congregación de la Misión, tenemos que hacer todo lo que esté en nuestra mano para seguir respirando con “las dos partes de nuestros pulmones” o, como he mencionado antes, experimentaremos algunas consecuencias nefastas. “Nuestros pulmones”, nuestra Congregación, se debilitarán definitivamente. Todo nuestro cuerpo se debilitará.  Nuestro servicio y nuestra misión serán más débiles y menos eficaces. Nuestra identidad cambiará, pero no de la manera que nos gustaría que cambiara.

Por ello, me gustaría proponer algunos pasos concretos, algunos de los cuales ya he compartido en el pasado, otros se proponen por primera vez:

1- Ministerio de Promoción Vocacional: Este punto fue mencionado durante la última Asamblea General como uno de los once puntos que destaqué entonces y de los que he hablado en otras ocasiones.

 

En primer lugar, nuestro programa vocacional debe presentar la llamada general como tal, es decir, la llamada a ser misionero según la espiritualidad y el carisma de San Vicente de Paúl.

 

Dicho esto, al principio también tenemos que presentar a los jóvenes las dos formas de llegar a ser Misioneros en la Congregación de la Misión: hermanos misioneros o sacerdotes misioneros.

 

En todos los niveles de la Congregación, en cada Provincia, Viceprovincia, Región y Misión Internacional, tenemos Comisiones de Pastoral Vocacional. Los cohermanos están trabajando muy duro y son muy dedicados en sus esfuerzos por acompañar a los jóvenes durante su camino de discernimiento.

 

Existe un gran desafío en aquellas Provincias, Viceprovincias o Regiones donde, en la actualidad, no hay Hermanos disponibles que puedan participar en este ministerio de promoción vocacional: encontrarse con los jóvenes, hablar con ellos y presentarles en persona el papel y las oportunidades de servicio para un Hermano.

 

Una opción es invitar a un Hermano más joven o a cualquier Hermano de otra provincia a participar en un retiro de discernimiento con jóvenes o a participar en algún otro programa vocacional. Esto ofrecería a los jóvenes la oportunidad de interactuar con uno de nuestros Hermanos, ser edificados y animados por un Hermano y comprender que en nuestra Congregación hay varias opciones con respecto al servicio como misionero.

 

2- Dentro de la Congregación, seguimos utilizando frases como: “Padres Vicencianos”, “Padres Paules”, “Padres de la Misión”, etc. … frases que forman parte de nuestro vocabulario. Me gustaría sugerir que nos ayudemos mutuamente y, por lo tanto, cuando oigamos a un cohermano utilizar una frase de este tipo en la que se excluye a los hermanos, hagamos una corrección fraterna. En otras palabras, que señalemos que, como miembros de la Congregación de la Misión, debemos hablar siempre de hermanos y sacerdotes como contribuyentes iguales a nuestra misión entre los pobres y los marginados.

 

3- Las personas a las que servimos o con las que estamos en contacto a menudo utilizarán frases similares cuando hablen de la Congregación o de los cohermanos. A medida que seamos más conscientes de las palabras que utilizamos para describir a la Congregación y/o a los cohermanos, también nos encontraremos animando a los demás a ser más inclusivos cuando hablen de la composición de la Congregación. Podemos sugerir otras alternativas, por ejemplo “Misioneros Vicentinos”, “Misioneros Vicencianos”, “Misioneros Paules”, “Sacerdotes y Hermanos de la Congregación de la Misión”, “Vincentian Missionaries”, “Priests and Brothers of the Congregation of the Mission”, “Missionnaires Vincentiens”, “Prêtres et Frères de la Congrégation de la Mission”, etc.

 

4- También tenemos que examinar la forma en que describimos nuestras casas, la rotulación que aparece en las entradas de nuestras comunidades, el membrete oficial de las Provincias, Viceprovincias, Regiones, el membrete que utilizamos en nuestras casas… si no incluyen a sacerdotes y hermanos, entonces tenemos que cambiarlos.

 

Todos estos diversos aspectos, aunque muchos de ellos sean externos, ayudarán a comunicar un mensaje claro sobre los miembros de la Pequeña Compañía. Estos cambios son para el bien común y pretenden expresar nuestra conciencia de la urgencia de hacer todo lo que esté en nuestras manos para presentar la belleza y el profundo significado de la llamada a la “Hermandad” dentro de nuestra Congregación. De hecho, confiando en la Divina Providencia, esperamos que el número de Hermanos comience a aumentar y que, cuando los jóvenes inicien un proceso de discernimiento, comprendan que tienen dos opciones.

 

Que Nuestra Señora de la Medalla Milagrosa, San Vicente de Paúl y todos los Santos, Beatos y Siervos de Dios de la Familia Vicenciana, intercedan por nosotros.

 

Su hermano en San Vicente

 

 

Tomaž Mavrič, CM

Superior General

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