Dejarse iluminar por la Luz de Cristo
Tercer domingo de Adviento
En el tercer domingo de Adviento, nos acercamos al corazón del mensaje de esperanza y renovación que caracteriza este tiempo litúrgico. El Evangelio de Juan (1,6-8; 19-28) nos presenta un tema profundo y significativo: la iluminación por la luz de Cristo. Este artículo explorará cómo la iluminación, descrita en el Prólogo de Juan, es una invitación a convertirnos en pacificadores, difundiendo y generando más luz, transformándonos a nosotros mismos y al mundo que nos rodea.
La luz de Cristo como fuente de paz y transformación
El Evangelio de Juan nos habla de una luz que “ilumina a todo hombre”. Esta luz, que es Cristo mismo, no es sólo una guía espiritual, sino también una fuente de paz interior y transformación. En un mundo a menudo envuelto en la oscuridad del odio, la injusticia y el conflicto, la luz de Cristo ofrece un camino hacia la reconciliación y la paz.
Ser portadores de la luz de Cristo
Ser iluminados por la luz de Cristo significa también convertirse en portadores de esa luz. Esto implica un compromiso activo para difundir la paz, el amor y la justicia en nuestro entorno cotidiano. Toda acción, palabra y pensamiento que refleje la luz de Cristo contribuye a transformar nuestras familias, nuestras comunidades y, en última instancia, el mundo entero.
Transformación personal a través de la luz de Cristo
La luz de Cristo también tiene el poder de transformarnos a nosotros mismos. Esta transformación personal es esencial para convertirnos en verdaderos testigos del Evangelio. Reflexionando sobre la luz de Cristo, estamos llamados a una conversión continua, a revisar nuestras prioridades y valores, y a vivir de un modo que refleje la verdad, el amor y la compasión de Cristo.
Un camino de luz y de paz
El tercer domingo de Adviento nos invita a un camino de luz y de paz. Dejarnos iluminar por la luz de Cristo significa abrir nuestros corazones a su presencia transformadora y convertirnos en instrumentos de su paz en el mundo. En este tiempo de Adviento, estamos llamados a reflexionar sobre cómo podemos ser portadores de la luz de Cristo, difundiendo la paz y el amor en todos los rincones de nuestra vida.
Girolamo Grammatico
Oficina de Comunicación